Es entonces cuando el razonamiento individual te obliga a poner al limite tus propios principios.
Tras un periodo de celibato casi involuntario en busca de uno mismo, un fugaz encuentro apasionado, puede echarlo todo por tierra. Claro esta que puedo evitar dejarme llevar por mi naturaleza y no sentirme arrastrado por el deseo frente al sexo opuesto, aludiendo al poder intrínseco en cada individuo... o eso quiero creer. En un instante toda esta energía intelectual toma un giro inesperado trasladando este pensamiento hacia mi antónimo, la mujer.
Será el simple echo de que nuestra sociedad podria estar gobernada por el pene, que parece haber condenado la aspiracion de nuestras hijas a ser subidas de la fuerza bruta. Cómo es posible que el sueño de nuestras madres fuese sencillamente convertirse algún día en princesas, obligadas por convicción a servir a la tiranía de un macho que la seleccione bajo la atenta mirada de su pueblo. Visto así, parece que convertirse en una arpía esta justificado.
1.- "Blancanieves y el cazador". Un curioso blockbaster en el que una cruel reina oscura proyecta sus frustraciones frente al espejo.
Con este constante abuso de la fuerza, las hemos obligado ha convertir la sexualidad en un arma, atraves de la cual puedan proyectar su rabia contra su principal opresor, dejando que las aguas se enturbien hasta tenirse de rojo, nublando en muchos casos el buen juicio de nuestras hermanas.
2.- "Teeth". La curiosa historia de una virginal chica que sospecha que en lo profundo de su sexo se esconde una despiadada malformación.
Puede que sea la simple percepción del deseo ajeno que les confiere el poder llevarnos a la locura. Esta habilidad de engrandecer lo superficial para satisfacer necesidades banales, lleva a algunas de nuestras vecinitas al limite de la obsesión, hasta el punto de convertirlas en auténticas brujas dispuestas a quitarnos la piel.
3.- "Under the skin". Interesante historia en la queda patente que la seducción puede ser la perdición definitiva.
He de admitir que este ha sido un año marcado por la ausencia, el deseo frustrado, el futil intercambio esporádico y la nostalgia frente a los amores de la infancia. Supongo que algo a debido exprimir la parte que me completa, en cualquier caso este zumo de pomelo parece demasiado ácido. Aún así, las seguiré amando aunque me tomen el pelo.
0 comentarios:
Publicar un comentario