Definitivamente me has dejado congelado. En solo un segundo conseguiste mantener a las masas en silencio, un instante que se hizo eterno hasta que fui arrastrado nuevamente junto a la muchedumbre.
Ahora soy consciente de que a pesar de que brillabas entre el gentío, yo no habría sido capaz de romper esta distancia. Es que esa fuerza que desprendes arrastra mi pensamiento hacia ti, tanto, que sin conocerte siento que puedo entender tu historia...
Tal vez eres simplemente un reflejo, la imagen cristalina de mi propia verdad que me transforma en víctima de admiración frente al propio ego oculto al otro lado del espejo.
Pasado y presente unidos en una sola forma con tanta majestuosidad que me deja frio, temblando por miedo al futuro, al error, a la certificación de la estupidez humana frente al prejuicio, miedo a lo diferente y especial tanto como a la misma utópica piedra.
Y aqui sigo, aun paralizado por el impacto de un simple instante, asustado como un niño frente al interrogante, que de la manera más natural, has puesto frente a mi. Tal vez el calor de tu voz sea lo único capaz de rescatar mi alma gelida de mi propio pensamiento...
0 comentarios:
Publicar un comentario