El trabajo de Daniel Rozin da un significado real a esta cuestión, sus piezas se centran en la interacción con el espectador, consiguiendo mover al público frente a sus obras a través de sensores que registran nuestras acciones y nos devuelven una representación inusual de nosotros mismos convirtiéndonos en el eje de su propuesta.
Rozin es una clara representación de un artista contemporáneo, alejando su trabajo de pretenciosos formatos tradicionales y a pesar de trabajar con elementos mecánicos que se podrían producir en seria es el mismo quien realiza cada fase de su obra.
Resulta curioso como transforma materiales genéricos, como la madera o el aluminio dentro de un nuevo objeto minimalista y funcional capaz de despertar la curiosidad todo el que se acerque a observarlo como si de un objeto mágico se tratase. Definitivamente, quedarás atrapado por su encanto.
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